Bienvenidos al blog del Grupo de Música de Capilla "Orpheus" (San Fernando, Cádiz)

miércoles, 20 de abril de 2011

Pequeña reseña histórica de la Música de Capilla

Los datos más antiguos sobre las Capillas se remontan al siglo XII. El término capilla proviene del italiano “A capella”, que significa “al estilo de las capillas”, es decir, la música que se cantaba en éstas, de género vocal y sin acompañamiento. Era el Canto Gregoriano, austero y sin polifonía, a una misma voz, servida por los Capellanes de Coro.

La Capilla de Música era un término reservado al canto de órgano. Estos cantos evolucionaron, y en los principios del Renacimiento se empiezan a componer pequeñas piezas de carácter religioso, para varias voces sin acompañamiento musical, que se llamaron Motetes. Los motetes terminaron por crear un género más que una forma musical, por lo que este término se aplicó a cualquier composición polifónica de carácter religioso, fuese vocal o instrumental. Los instrumentos que interpretaban estos cantos a finales del siglo XVI eran las chirimías, sacabuches y bajones. También se podían encontrar clarines y cornetas interpretando estas piezas en desfiles fúnebres militares.

A lo largo del siglo XVIII se producen importantes cambios instrumentales en las capillas musicales: desaparecen los viejos sacabuches y chirimías a favor de la flauta, el clarinete de 5 llaves, el oboe y la trompa; y a partir de 1717, también se introducen los violines en las capillas. Dichas capillas solían actuar en las funciones de las hermandades y acompañando a las imágenes en procesión.

En esta misma época aparece la primera obra exclusiva para el acompañamiento procesional: Saetas a Nuestro Padre Jesús Nazareno, una composición de ocho piezas para dos oboes y fagot y dedicada a la Hermandad del Silencio de Sevilla. En un principio se pensaba que eran composiciones anónimas, y existieron diversas teorías sobre la autoría, algunas más basadas en "leyendas" que en historia. Según documentos proporcionados por D. José M. Delgado, director técnico de la ROSS, el Maestro Solís es el verdadero compositor de las conocidas Saetas del Silencio.

La música de capilla es una música fúnebre y de honda religiosidad, que engrandece la riqueza de la música procesional. Muchos compositores de marchas de Semana Santa han compuesto obras para este género como es el caso de José Albero Francés, Vicente Gómez-Zarzuela, Pedro Gámez Laserna, Manuel Font Fernández, Abel Moreno, incluso compositores de orquesta de gran renombre como Manuel Castillo Navarro. Todos ellos han sabido de la importancia de la Capilla en la Semana Santa Andaluza y han aportado grandes obras a este género musical en pleno auge.

Queremos agradecer la colaboración desinteresada de D. José M. Delgado, D. Manuel Molina, D. Francisco Senra y D. José M. Chamorro en la elaboración de esta pequeña reseña histórica.


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