Bienvenidos al blog del Grupo de Música de Capilla "Orpheus" (San Fernando, Cádiz)

miércoles, 20 de abril de 2011

El Repertorio: "Del Barroco al siglo XXI"

El repertorio es una parte fundamental, sobre todo en el acompañamiento de un cristo en la salida procesional de la Semana Santa. Muchas capillas musicales escuchadas en la Semana Santa pecan de ser repetitivas, por su escaso repertorio y la falta de profesionalidad como grupos de capilla.

La Capilla Musical Orpheus destaca por su amplio repertorio, formado en sus doce años de vida y en su investigación profunda en el repertorio, con artículos en revistas especializadas, periódicos y paginas Web.

Con este trabajo de investigación, Orpheus cuenta con un archivo de más de 250 obras de capilla, cuatro siglos de música desde el Barroco hasta nuestros días. No podríamos lograr esto sin la estrecha colaboración de los compositores, investigadores y visitantes de nuestra página Web, a los que queremos mostrar nuestra más sincera gratitud.

Algunas de las piezas que solemos interpretar en  una salida procesional de cuatro son:

  • Cristo del Calvario, de José Albero Francés.
  • Cristus Factus Est, de Gómez-Zarzuela.
  • Al Señor de Sevilla, de Abel Moreno.
  • La Muerte de Ase, de E. Grieg.
  • Funeral Music, de H. Purcell.
  • Marcha Fúnebre, de F. Chopin.
  • Desamparo, de Beigbeder.
  • Ofrendas, de José González "Mellao"
  • Pieza Fúnebre, de Calixto Álvarez.
  • Soledad y Santo Entierro, de J. Mª Chamorro.

Y otras muchas piezas de autores de reconocido prestigio como Antonio Pantión, Paulina Ferrer, Julio Páez, García Silva, Manuel Font, Julián Martin, Juan M. Marrero, Barros Jodár, Maestro Solis, Juan J. Castellano, Juán Velázquez, ...

Pequeña reseña histórica de la Música de Capilla

Los datos más antiguos sobre las Capillas se remontan al siglo XII. El término capilla proviene del italiano “A capella”, que significa “al estilo de las capillas”, es decir, la música que se cantaba en éstas, de género vocal y sin acompañamiento. Era el Canto Gregoriano, austero y sin polifonía, a una misma voz, servida por los Capellanes de Coro.

La Capilla de Música era un término reservado al canto de órgano. Estos cantos evolucionaron, y en los principios del Renacimiento se empiezan a componer pequeñas piezas de carácter religioso, para varias voces sin acompañamiento musical, que se llamaron Motetes. Los motetes terminaron por crear un género más que una forma musical, por lo que este término se aplicó a cualquier composición polifónica de carácter religioso, fuese vocal o instrumental. Los instrumentos que interpretaban estos cantos a finales del siglo XVI eran las chirimías, sacabuches y bajones. También se podían encontrar clarines y cornetas interpretando estas piezas en desfiles fúnebres militares.

A lo largo del siglo XVIII se producen importantes cambios instrumentales en las capillas musicales: desaparecen los viejos sacabuches y chirimías a favor de la flauta, el clarinete de 5 llaves, el oboe y la trompa; y a partir de 1717, también se introducen los violines en las capillas. Dichas capillas solían actuar en las funciones de las hermandades y acompañando a las imágenes en procesión.

En esta misma época aparece la primera obra exclusiva para el acompañamiento procesional: Saetas a Nuestro Padre Jesús Nazareno, una composición de ocho piezas para dos oboes y fagot y dedicada a la Hermandad del Silencio de Sevilla. En un principio se pensaba que eran composiciones anónimas, y existieron diversas teorías sobre la autoría, algunas más basadas en "leyendas" que en historia. Según documentos proporcionados por D. José M. Delgado, director técnico de la ROSS, el Maestro Solís es el verdadero compositor de las conocidas Saetas del Silencio.

La música de capilla es una música fúnebre y de honda religiosidad, que engrandece la riqueza de la música procesional. Muchos compositores de marchas de Semana Santa han compuesto obras para este género como es el caso de José Albero Francés, Vicente Gómez-Zarzuela, Pedro Gámez Laserna, Manuel Font Fernández, Abel Moreno, incluso compositores de orquesta de gran renombre como Manuel Castillo Navarro. Todos ellos han sabido de la importancia de la Capilla en la Semana Santa Andaluza y han aportado grandes obras a este género musical en pleno auge.

Queremos agradecer la colaboración desinteresada de D. José M. Delgado, D. Manuel Molina, D. Francisco Senra y D. José M. Chamorro en la elaboración de esta pequeña reseña histórica.


Los instrumentos de la Capilla Musical Orpheus

Una de las características más interesantes de las prácticas polifónicas hispanas del siglo XVI es su acompañamiento por instrumentos. Efectivamente, parece que la participación de ministriles en los oficios religiosos diversos era habitual a comienzos del siglo XVI, aunque no queda claro si su participación es en los oficios celebrados en el interior del recinto o se reduce a acompañar las periódicas procesiones que se realizaban fuera del templo, como por ejemplo las muy afamadas del Corpus Christi.

Actualmente, el grupo de música de capilla Orpheus es una formación de tres instrumentos de viento-madera que interpretan las voces de soprano, alto y bajo respectivamente, pues aun siendo obras instrumentales, proceden del estilo vocal de capilla. La Capilla MusicalOrpheus incorpora la familia de clarinetes conforme el estilo vocal: un clarinete soprano, un clarinete alto y un clarinete bajo.


Clarinete Soprano en Si bemol.
El instrumento más agudo de la capilla Orpheus. Su sonido en el registro grave es dulce, pastoso y dramático; el registro medio o clarín es claro, brillante y penetrante; y el registro sobreagudo, bien dominado, es homogéneo, brillante y afinado.


Clarinete Alto en Mi bemol.
Afinado una cuarta inferior del clarinete en sib, es un instrumento de timbre oscuro y aterciopelado, que empasta perfectamente con los otros instrumentos de su familia.
 
Clarinete Bajo en si bemol.
Afinado una octava inferior del clarinete en sib, es el instrumento "pedal" del trío de capilla, por su sonoridad grave y su timbre oscuro y vibrante.